Por: Antonio Martínez Cantellano
En el corazón de nuestro municipio de
Nezahualcóyotl, Estado de México, se encuentra el Jardín de la Libertad de Expresión, ubicado en el camellón
de la avenida Sor Juana y avenida Chimalhuacán, ha sido objeto de una
remodelación que ha desatado la indignación y el repudio de la comunidad
periodística local. Esta área verde, que ha sido restaurada como parte de los
servicios públicos destinados a preservar nuestros espacios peatonales y
verdes, alberga el busto de Francisco Zarco, un ilustre periodista y legislador
de la época de la Reforma.
Cada año, el 7 de junio, la comunidad
periodística se reúne en este emblemático lugar para conmemorar el Día de la
Libertad de Expresión. Sin embargo, la reciente remodelación ha dado lugar a la
construcción de tres bardas alrededor de la escultura de Francisco Zarco,
desatando la indignación de quienes consideran este espacio como un símbolo
querido a nivel nacional y estatal.
La colocación de una de estas bardas frente
al busto de Francisco Zarco parece no ser casualidad, sino un acto con la
intención de ocultar y aislar un símbolo fundamental en la historia del
periodismo y la lucha por la libertad de expresión en nuestro país. Esta acción
no solo constituye una falta de respeto hacia nuestros símbolos patrios, sino
que también refleja la insensibilidad de las autoridades municipales hacia la
comunidad periodística local.
Los periodistas de nuestro municipio, que ya
se sienten ignorados y marginados por gobiernos anteriores, tanto del PRD como
de MORENA, ahora enfrentan un nuevo intento de desplazamiento al intentar
borrar un símbolo representativo de su presencia en la localidad. Esta actitud se
suma a una serie de acciones que buscan desterrar a este gremio, una afrenta no
solo a los periodistas locales, sino a uno de los próceres del periodismo,
Francisco Zarco.
Resulta preocupante cómo las autoridades del gobierno de MORENA de este municipio de Nezahualcóyotl, en
lugar de valorar la importancia de la libertad de expresión y el legado
histórico de figuras como Zarco, optan por acciones que denotan desprecio hacia
la labor de los comunicadores. Es fundamental recordar que la libertad de
expresión es un pilar democrático y que el Jardín de la Libertad de Expresión
debería ser un espacio que promueva la reflexión y el respeto por nuestra
historia.
Ante estos actos, la comunidad periodística
de nuestro municipio alza la voz para denunciar esta falta de respeto y exige a
las autoridades municipales reconsiderar su decisión. La historia y la memoria
de nuestro país merecen ser preservadas, y la libertad de expresión, lejos de
ser ignorada, debe ser celebrada y resguardada como un tesoro invaluable en
nuestra sociedad.